¿Y cómo oirán sin haber quién les predique?
¿Se recuerda usted amado hermano, el día en que le hablaron del Señor? Muchos de los que hoy son nuestros hermanos no querían tener algo relacionado con el Evangelio y no se imaginaban siendo parte de una congregación o disponiendo su vida al servicio del Señor. A pesar de esa negativa y evidente muestra de rechazo, hubo alguien a quien no le importó nuestra indiferencia al mensaje y siendo fiel al llamado del Señor decidió hablarnos, invitarnos al templo o presentarnos el evangelio de Salvación. Hoy podemos decir con toda seguridad, que haber aceptado a JESÚS ha sido lo mejor que nos ha pasado en nuestra vida y si tuviéramos que volver a nacer, volveríamos a elegir el camino del Señor.
Cuando pienso en ese hombre o esa mujer que nos habló de Dios, me pregunto: ¿Qué hubiese pasado, si por vergüenza o por miedo, aquel hermano o hermana hubiera decidido no hablarnos del Señor? Lo más probable es que no habríamos dado el paso de fe que nos trajo al Señor.
Por lo tanto, QUE IMPORTANTE ES HABLAR DEL SEÑOR. Si cada uno de los hermanos que somos parte de la congregación, orara por un familiar, por un amigo o por un conocido y se propusiera invitarlo al templo, o hablarle del Señor estaríamos permitiendo que para esa vida haya una linda oportunidad de recibir a Jesús en su corazón. Todos nosotros sabemos lo que ocurre cuando una persona rinde su vida a JESÚS. Nosotros conocemos los beneficios espirituales que conlleva rendir el corazón al evangelio.
Estimado hermano, pretendo que al leer estas líneas, puedas valorar la importancia de Anunciar lo que el Señor ha hecho en tu vida. Si tu dispones tu corazón, para invitar o hablar con alguien de Cristo, estás abriendo una posibilidad de que un corazón pueda acercarse al Señor. El apóstol dice que si nosotros, no predicamos el evangelio las personas no van a oír la buena noticia que hay para ellos. Hoy es de suma importancia que nuestro corazón pueda dolerse por aquellos que hoy están lejos del Señor, por aquellos que van a una eternidad sin CRISTO. No seamos una iglesia cómplice, una iglesia que calle, porque si nosotros callamos el mensaje, nuestro adversario aprovecha de confundir vidas y desviarlos del verdadero propósito de a vida, que es poder conocer a Jesús.
Que este año que vamos a comenzar en unos meses más, podamos enfocarnos como congregación a GANAR ALMAS para CRISTO … pero para cosechar, primero tenemos que sembrar y eso se hace a través de un buen testimonio de hijos agradecidos, que no pagan mal por mal, que son honestos que demuestran con sus hechos que CRISTO es lo mejor que le puede pasar al Ser humano. Es mi deseo que muchas vidas conozcan del gran amor de Dios, que fue tan inmenso que envío a su único hijo a morir por nosotros. La mejor noticia que este mundo ha escuchado es que JESÚS MURIÓ POR NUESTROS PECADOS, RESUCITÓ AL TERCER DÍA Y MUY PRONTO VOLVERÁ.
Te invito a compartir con los que te rodean en tu trabajo, en tu casa o tu barrio esta buena noticia. NO GUARDEMOS SILENCIO … CRISTO VIVE.
Bernardo Adriano Sandoval
Pastor Presbítero – Secretario C.N.P.P
Iglesia Evangélica Universal