Para nuestros pastores

Carta a mi recordado amigo y pastor…

Hola mi tan querido y recordado amigo y pastor, te escribo estas breves líneas porque sé que eres un hombre muy ocupado y de buena manera. Siempre atendiendo la obra del servicio a DIOS. Reconozco en ti, el esfuerzo, la perseverancia y el fervor por dar siempre lo mejor sin esperar recibir nada a cambio. Tus desvelos, tus privaciones y constantes sacrificios por cumplir tus obligaciones ministeriales, que más que obligaciones, para ti siempre ha sido una respuesta natural y espontanea al llamado que de DIOS has recibido. Innumerables batallas, incontables historias, pero también profundas heridas que sólo DIOS ha sabido sanar. Tenemos tanto que charlar, reír y recordar, pero sé que eres un hombre de DIOS ocupado, y aun así te tomaste estos minutos para atender mí breves líneas, lo que demuestra que aun sigues siendo ese hombre paciente y amable que conocí.

 

Ya al despedirme, te quiero pedir sólo una cosa mi amigo y pastor. Algo que no debes olvidar y que muchas veces conversamos larga y tendidamente frente a una tasa de café; mi amigo y pastor, por ninguna razón dejes pasar las oportunidades que DIOS te da de continuar capacitándote, y de motivar y exhortar a otro que lo hagan junto contigo. Me encantaría conocer a muchos como tú, mi distinguido amigo y pastor, que trabajan con La Biblia en una mano y con una la pala en la otra. Recuerda que, así como tú recibiste Gracia y Conocimiento, es tú deber que otros también reciban Gracia y Conocimiento en CRISTO JESÚS. No olvides que la mies es mucha y los obreros pocos, y mientras rogamos al SEÑOR de la mies que envíe obreros, los que ya envió capacítalos enviándolos donde nuestros hermanos y amigos que DIOS llamó para esa labor, así cumplirás tu ministerio y tendrás más y mejores colaboradores.

Gracias por atender mis breves líneas mi querido amigo y pastor…DIOS te bendiga…

Eduardo Torres Salas

Pastor Presbítero

IEU Valle Nonguén – Distrito 3