Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. (San Lucas 22:19)
Con una emotiva enseñanza experiencial respecto a la cena del Señor, la primera jornada de esta junta ordinaria de pastores y delegados, permitió contextualizarnos en el tema eje de estas jornadas “la segunda venida de nuestro Señor”. El primer llamado mediante una exposición bíblica de parte del pastor presbítero Vicente Villarroel, enfocó los corazones hacia el concepto “vigilad”, exhortándonos a la vivencia diaria de esa actitud necesaria en nuestros tiempos actuales. Estando ya dispuesto todo, el obispo, pastor presbítero Arturo Villarroel invita a la asamblea a celebrar la cena del Señor, expresando en su experiencia personal, lo significativo de este acto de devoción, y con un sentido pedagógico practico, presenta un modelo de ministración de esta hermosa ceremonia, donde el Espíritu del Señor guió en adoración a todo aquel y aquella que realizo este acto en memoria de nuestro Salvador.
Desde un llamado a recuperar espacios de devoción congregacionales, se realizó un culto de acción de gracias masivo, con la asistencia de poco más de 600 hermanos y hermanas de los distritos 3°, 4° y 5°; el coro distrital del 5°, fue el encargado llevarnos en adoración a nuestro Dios, destacando la dedicación y actitud reverente con la que cada participante del coro ejecuto su instrumento o entono las alabanzas.
Durante la segunda jornada el pastor presbítero Carlos Contreras, reitera el llamado a considerar la venida del Señor con una actitud reverente y vigilante; dando paso a la posterior reunión que precedió el culto de consagración de hermanos que fueron apartados al pastorado y pastores que fueron distinguidos con el presbiterio; tanto unos como otros son reconocidos públicamente por el obispo como varones que han mostrado amor por su Señor, integridad en su vida privada y pública, devoción por nuestro buen Dios y constante servicio a la iglesia.
