Editorial Febrero de 2025

Brillar: Una responsabilidad seria.

Texto: Mateo 5: 14-16.

Dentro de las características del Lenguaje bíblico, encontramos varias figuras literarias que pretenden ilustrar con mayor alcance y profundidad las verdades del evangelio. Con ellas el escritor intenta de alguna forma asemejar nuestras actitudes, nuestra forma de ser, nuestro comportamiento o nuestra responsabilidad con el impacto que produce el elemento elegido. “Ustedes son la Luz del mundo” dice Jesús en Mateo 5:14. Pero ¿que nos dice esto? ¿Por qué Jesús nos compara con la Luz?; Sin duda, hay muchas personas a las que con toda claridad les fascina la idea de brillar, de sobresalir de entre los demás; muchos tomarían estas palabras como un halago para sentirse superiores a los demás. El ser humano en esta vida se esfuerza para brillar y muchos tienen como meta de vida, el ser considerado una estrella cuyo brillo nunca se apague. Pero lo cierto es que estas palabras corresponden a un profundo sentido de responsabilidad que Cristo nos está demandando. No se trata de un brillo propio o una Luz propia, sino más bien, el reflejo de una Luz. Algo muy parecido a lo que naturalmente sucede con la luna. Cuán útil ha sido para nosotros la Luz de luna en una noche de campo, como alumbra nuestro oscuro sendero, pero la realidad es que esa luz no le pertenece, no es una luz propia, es el reflejo de la luz del Sol. Los judíos estaban bien familiarizados con el concepto de la Luz. Ellos consideraban a Jerusalén una “luz para los gentiles” y a un famoso rabino lo consideraban la “Lámpara de Israel”. Este aspecto de Luz es metafórico, ellos asocian esta luz, con la de una luz resplandeciente que en medio de la oscuridad ALUMBRA, es decir, una luz especial que sobresale entre todas. Lo que está claro es que nadie puede fabricar su propia Luz. La luz que brilla en la Nación o en las personas debe ser el fiel reflejo de la luz verdadera.

  A continuación, veremos algunos puntos asociados al concepto de la luz en los tiempos de Cristo, con el fin de comprender el sentido espiritual de esta hermosa metáfora.

 

  1. ¿Cómo se alumbraba la gente en los tiempos de Cristo?

La forma más común de alumbrar las casas judías en los tiempos de Jesús era por medio de las Lámparas. Estas casas por lo general eran muy oscuras, solo tenían una ventana circular, por lo general no se aprovechaba la luz natural del sol. Esto obligaba a mantener encendida una lámpara que alumbrara al interior de la casa. Esta lámpara era tipo una salsera, llena de aceite y tenía una mecha, que se alimentaba del aceite para mantener encendida la llama y de esta manera poder alumbrar. Este sistema de lámpara, para el tiempo de Cristo ya era una forma sofisticada de alumbrado, ya que, primitivamente, eran fogatas al interior de las casas o antorchas, pero ambos sistemas eran dañinos para ser usado en espacios cerrados ya que, producían demasiado humo.

 

  1. ¿Qué ubicación tenía la lámpara dentro de la casa?

Los judíos de aquella época sabían que para que exista una buena iluminación al interior del hogar, se debía poner la lámpara en lo más alto de la casa, con el propósito de que esa luz ayude a distinguir, cosas o personas en medio de la oscuridad de la noche. Nadie que pretenda alumbrar pondría la lampara debajo de una canasta de medida como lo era el Almud. Si bien, en aquellos tiempos la gente colocaba con frecuencia la luz debajo del Almud, lo hacían solo para mantener viva la llama, ya que, encender la mecha en aquellos tiempos era difícil por lo tanto, cada vez que alguien salía de la casa y esta quedaba sola, el último en salir, colocaba la lámpara debajo del almud, pero solo para preservar o cuidar que la llama no se apague o no se provoque algún tipo de fuego que después cueste controlar. Es como cuando hoy decimos “el último que sale de casa apaga la luz”. Por lo tanto, si la finalidad es alumbrar, esa luz debe ser visible, debe estar a la vista de tal forma que todos los que estén alrededor de esa luz puedan gozar de ella en medio de la oscuridad.

 

  1. Cuando Jesús dijo a sus discípulos que eran la Luz del mundo, ¿Qué nos quiso decir?

Considerando la importancia que tenía la luz dentro de la vida cotidiana al interior de una casa, Jesús coloca en la vida de sus discípulos una gran responsabilidad. Más que un halago, esta frase es una demanda. A continuación, mencionare 4 cosas importantes, que Jesús nos quiso decir, cuando nos señala como la luz del mundo. “Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.” Juan 9:5.

Jesús en este pasaje de la escritura, se autodenominó la Luz del mundo. Por lo tanto, nos está encomendando ser como Él es. Aquí comenzamos a darnos cuenta, que ser Luz es una gran responsabilidad. En otras palabras, Jesús les está diciendo, SEAN COMO YO SOY. ¿Qué difícil no? Sin duda un Gran desafío.

  1. Lo segundo que Cristo nos quiso decir es, La importancia de alumbrar. Esa es la razón por la que Cristo recalca una verdad, que los judíos entendían, pero que él se las recalcó… “… sino sobre el candelero y alumbra a todos los que están la casa.” La palabra alumbrar, en griego lámpo, quiere decir, irradiar o resplandecer, es decir, algo que es imposible de ocultar. Al momento de decidir seguir a Jesús, no podemos escondernos, todo lo contrario, más que nunca mostrar, lo que Dios nos ha confiado. El alcance de esta luz es el mundo, dice la luz del mundo. Esa palabra Mundo en griego es kósmos, incluye un amplio espacio físico con sus habitantes, no indica solo el templo, sino más bien, donde quiera que nosotros estemos o vayamos, el resplandor de la luz de Dios irá con nosotros.
  2. Lo tercero es servir como Guía para esta sociedad. “… para que vean …” las palabras vean o ver en el griego es eídos y está asociada a percibir, conocer y reconocer. Aquí podemos ver que, de acuerdo con la proyección de nuestra luz, otras personas podrán interesarse por nuestra forma de vivir. Hay muchas personas que están perdidas moralmente, por falta de Dios en el corazón, pero también por falta de modelos dignos de imitación de hombre que proyecten luz que sirva para guiar sus caminos al conocimiento de Dios.
  3. Finalmente, la escritura en varias partes nos ilustra a que todo lo que hagamos sea para la Gloria de Dios. Cristo igual, nos señala que si nosotros somos como él, alumbrando y sirviendo como guía para que los demás vean en nosotros la proyección de la Luz de Dios, el Padre será GLORIFICADO “… y glorifiquen a vuestro Padre…” la palabra Glorificar en griego es doxázo y habla de una rendición completa, alabanza, honor, gloria y estima, es decir, El nombre de Dios será muy elevado por nuestra forma de vida pues el fin de todo lo que hacemos es para la Gloria de Dios.

Por todo lo expuesto, nos damos cuenta de que, en Dios nunca ha estado el compartir su luz, para que nuestro brillo traiga beneficios personales. No es una luz que se produce por mis esfuerzos o por mis habilidades, es luz que Dios nos da, para proyectar en beneficio de todos. Está claro que está metáfora, más que un halago es una profunda y seria responsabilidad de ser como ÉL es y proyectar con nuestra vida las virtudes o bondades, del evangelio. Te has puesta pensar en ¿qué sucedería si no reflejas la luz de Cristo? ¿Cuántas personas a tu alrededor siguen en la oscuridad, porque en vez de poner tu luz en alto la has escondido debajo de un Almud?

Te invito a tomar el peso que tiene en esta sociedad el ser un hombre y una mujer de Luz.