La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Juan 14:27
El afán, la ansiedad, la preocupación, las depresiones, las angustias, los ataques de pánico, la melancolía, los duelos inconsolables, las dudas, la incertidumbre, esto y más son el listado de lo que el mundo y sus experiencias nos dejan impresas en el alma, todos las experimentamos, pero muchos se aferran a estos estados, se estancan por años en los mismos sentiimientos desesperanzadores. Quienes ya conocemos a Cristo, sabemos que la Paz de Dios constituye el único antídoto que puede mantener al creyente libre de quedarse en estos parajes de sombra y de muerte. Pero el mundo, la gente sin Dios ¿Qué hace?
La necesidad más grande de las personas, hoy, es “paz”. Nuestra sociedad anda en búsqueda de “paz” y la asume en cualquiera de sus formas. Sopese el consumo de calmantes, prácticas de meditación, relajación, consultas terapéuticas de índole emocional y los suicidios. Formas de “paz” para quienes desesperan en el abismo. Porque para el mundo la “paz” tiene muchas formas, y no todos buscan la misma “paz”:
- Para los que están en guerra, la paz es el cece al conflicto.
- Para los que llevan vidas agitadas, horarios extensos y turnos sin tregua, la paz es el descanso.
- Para el atormentado por la culpa, la paz es la tranquilidad interior
En todos los casos el concepto “paz” está relacionado con ser libres, de circunstancias, de emociones, de situaciones o actividades que nos dañan.
Por otro lado, algunos podrían entender que la paz es “ausencia de preocupaciones”. Si así fuera, entonces nadie en este mundo experimentaría paz.
Pero el concepto bíblico (judío) de paz es totalmente diferente a todo lo ya dicho: “Shalom”.
- La paz no es ausencia de preocupaciones.
- La paz es un estado interior y una actitud hacia la vida cotidiana y hacia el futuro que solo experimentan los que caminan con Dios.
La Paz que Cristo nos dejó:
Filipenses 4:7: “Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento guardará vuestros corzones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”
- Es indescriptible al experimentarla.
- Guarda nuestras mentes y nuestras emociones, se personifica a la paz como un guardian que cuida y protege nuestras vidas de todo lo dañino.
Romanos 5:1 nos dice que todos los creyentes expermentamos la paz cuando entendemos que somos justificados, ya no hay que temer del futuro. Pero hay muchos hermanos que nunca disfrutan de esa paz en sus vidas diariamente. ¿Eres tú uno de ellos?
Fraternalmente su hermana en Cristo Alba Chávez Toro.